Eduardo Galeano: El imperio del consumo.
En mi opinión, este texto muestra la condena social bajo la custodia del consumo, la gente está sentenciada inconscientemente, a seguir comprando sin límites y lamentándose por lo que debe pagar. El humano tiene la idea de que el consumo va a llenarle la vida, cuando en realidad, no es más que un negocio que hace creer que podrá alcanzar sus objetivos para luego cuando no lo cumpla, sea olvidado por otro producto que prometa lo mismo, ya que es un negocio vacío, que nunca lo llenará. Pues lo que consume no es más que su idea fantasiosa sobre un producto temporal.
Esto nunca será bueno para la gente sino para las industrias dominantes que imponen las modas y los estereotipos. A demás en la sociedad se plantea la errada idea de valorizar a una persona por la cantidad que consume, generando aún más ansiedad al momento de consumir. Y esto está afectando a las tradiciones culturales al ser reemplazadas por productos industriales, bajo la manipulación de la cultura popular, que persuaden a través de la publicidad y los distintos medios de comunicación.
Los métodos que usan para atraer al
consumidor son tanto afectivos como de status, es decir, no solo pueden venderte las mercancías para combatir tus frustraciones o abrazarte en tus momentos
melancólicos (esto claramente no es real, es lo que te hacen creer) sino
también para que seas estéticamente mejor valorizado en la sociedad, que vive
engañada por esto y una gran evidencia es, por ejemplo, que los espacios de
encuentro se están convirtiendo espacios de exhibición comercial.
La cultura del consumo es efímera y descartable, pero para la sociedad, es
una trampa de la que es imposible escapar. Esto se define perfectamente con una
frase de Andrés Calamaro en la canción “Media verónica” “la vida es una cárcel
con las puertas abiertas”.
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